"La defensa de la libertad tiene que ser dogmática, sin concesión alguna al oportunismo, aún cuando no sea posible demostrar que, al margen de los efectos positivos, su infracción pueda comportar algunas consecuencias perjudiciales. La libertad sólo puede prevalecer si se acepta como principio general cuya aplicación a casos particulares no tiene necesidad de justificarse. Por tanto, acusar al liberalismo clásico de haber sido demasiado doctrinario es fruto de una pura incomprensión."
- Friedrich A. Hayek -
Podemos empezar aproximandonos al Liberalismo definiendola como la teoría política que hace de la causa de la libertad su núcleo central. El Liberalismo es entonces una teoría política y por lo tanto un conjunto de ideas que nos permiten contar con herramientas para enjuiciar la adecuación o no de la práctica política. En palabras de un autor ya clásico, una teoría política es "el subconjunto de la teoría moral que versa sobre el uso legítimo de la violencia en la vida social" (Rothbard, 1980).
Algunos prefieren no obstante el termino "ideología" para referirse al liberalismo. Según Sartori, una ideología es una subclase perteneciente a la clase general de "sistema de creencias", concretamente la parte política del mismo y ni siquiera en su totalidad ya que el "pragmatismo" sería también una subclase política del "sistema de creencias" y no ideológico, por lo que la ideología necesita de dos elementos: un estado cognitivo cerrado (es decir, no sujeto ante la evidencia ni la argumentación) y un estado emotivo fuerte lo que conducirá a unos elementos fijos que "son rígidos, mantenidos de modo dogmático, y rechazan tanto la argumentación como cualquier otra evidencia" (Sartori, 1992).
Aclarado este punto, tenemos que decir que no obstante, el Liberalismo carece del carácter monolítico de otras ideologías o teorías políticas (como por ejemplo el Socialismo) con lo que sería más adecuado tal vez hablar de Liberalismos en lugar de Liberalismo. No obstante ese extremo lo dejaremos para un próximo artículo ya que lo que ahora me interesa es destacar los rasgos fundamentales de todo Liberalismo.
Existen diferentes modos de caracterizar los núcleos fundamentales del credo liberal. Por ejemplo, es célebre la distinción que hace Benedetto Croce al distinguir entre "Liberalismo" para hacer mención a las defensa de la libertad en el ámbito político y "Liberismo" para referirse al postulado económico de laissez-faire. No obstante otras clasificaciones del núcleo de creencias son posibles. Hay quien prefiere por ejemplo diferenciar entre un "ámbito moral o ético" y un "plano político, ideológico o constitucional) (Navarrete, 2009). O hay otros que prefieren (como vimos en la presentación del blog) afirmar la existencia de un "núcleo moral", un "núcleo económico" y un "núcleo político" (Vallespín, 2003).
Desde este blog, no obstante proponemos otra idea ligeramente diferente. Lanzamos la propuesta de que realmente no existe un núcleo ético, ni económico ni político en sí mismos que sean ajenos al resto. Por el contrario entendemos que el Liberalismo en esencia tiene unos postulados morales, económicos y políticos que lejos de formar compartimentos estancos forman un todo coherente (que no homogéneo) en el que existen una serie de criterios mínimos para poder hablar de Liberalismo. Dicho de otro modo, existen en todo Liberalismo (independientemente de su tipo o clase) una serie de elementos esenciales y de mínimos sin los cuales es imposible hablar de Liberalismo. Algunos de estos elementos tienen un carácter político, otros un carácter moral y otros un carácter económico. La falta total de uno solo de estos elementos, por tanto, hacen el sistema de creencias irreconocible como liberal.
Estos elementos básicos serían:
1) Individuo como agente moral fundamental: El Liberalismo se caracteriza por su "individualismo metodológico" lo que significa que toda una unidad de análisis de la sociedad parte del reconocimiento intrínseco del individuo. El individuo, es quien elige, quien siente y quien piensa, y por lo tanto la autoridad moral básica e irrenunciable. Este rasgo fundamental diferencia al Liberalismo de las diversas corrientes Colectivistas (Infantino, 2009).
2) Limitación del Poder Político: El Liberalismo siempre desconfía por su propia naturaleza del poder político, sea este ejercido por uno, por varios o por la mayoría. Desde esta perspectiva, el Liberalismo (en cualquiera de sus formas) aboga por la limitación del Gobierno en una escala que iría desde el Gobierno Limitado o Constitucional hasta la asunción de posiciones libertarias o anarco-capitalistas, pasando por las diversas teorías sobre el Estado Mínimo o Minarquismo. Para limitar el poder político tradicionalmente se han articulado dos mecanismos jurídicos y políticos esenciales: los derechos fundamentales o básicos, y la separación de poderes. Ambos elementos además, suelen contar con una regulación constitucional, lo que les confiere la garantía de venir regulados en la norma fundamental que regula tanto el Estado como la Sociedad en un determinado país. A los efectos de este segundo elemento, Liberalismo se opondría a las nociones de Autoritarismo y, muy especialmente, Totalitarismo.
3) Propiedad Privada y Libre Mercado: Mucho se ha dicho sobre la relación entre propiedad y mercado libre, no vamos nosotros a abordar la cuestión (al menos aquí). Simplemente basta decir que desde toda posición liberal se concibe la Propiedad Privada en un mayor o menor grado como garante tanto del individualismo y autonomía moral como de los derechos políticos de ciudadanía. Desde estas posiciones, más o menos dogmáticas dependiendo del caso concreto, la Propiedad Privada juega un papel instrumental. Un papel instrumental, cierto, pero eso no significa que sea un papel accesorio. La Propiedad Privada no es fin último de nada, sino medio para obtener multitud de fines, pero eso no significa que no tenga una naturaleza totalmente básica e irrenunciable. La Propiedad Privada y el Mercado Libre (como formula para adquirir, conservar e intercambiar las propiedades con las de otros ciudadanos conforme a la oferta y la demanda y el respeto a los contratos pactados) son el núcleo del programa económico liberal, que no solamente es más práctico y eficaz que su alternativa, sino que además es más ético (Mises, 2011). Desde este elemento, lo opuesto al Liberalismo es el Socialismo.
Lo mismo que el Liberalismo debe conjuntar siempre los tres elementos, no existiendo núcleos estancos, si no quiere perder su identidad liberal es posible encontrar que sus enemigos se juntan en un mismo sistema. Así por ejemplo tanto la Unión Soviética como la Alemania Nazi respondían a una mentalidad colectivista, plasmada en un sistema político totalitario y con un régimen económico de tipo socialista.
Próxima Entrega: El Liberalismo y sus Clases
REFERENCIAS:
Infantino, Lorenzo: Individualismo, Mercado e Historia de las Ideas, Unión Editorial, 2009.
Mises, Ludwig von: Liberalismo: La Tradición Clásica, Unión Editorial 2011.
Navarrete, Fernando: El Futuro del Liberalismo, en "Cuadernos de Pensamiento Político, 23", FAES, 2009 (Julio/Septiembre) (disponible en Internet: http://www.fundacionfaes.org/record_file/filename/2502/197-204_navarrete.pdf )
Rothbard, Murray: Mith and Truth about Libertarianism, originalmente publicado en "Modern Age 24, 1 (Invierno)", 1980. (Edición en español disponible en http://www.liberalismo.org/articulo/327/13/seis/mitos/liberalismo/ )
Sartori, Giovanni: Ideología, en Sartori: "Elementos de Teoría Política", Alianza, 1992.
Vallespín, Fernando: El Estado Liberal, en Del Águila, Rafael: "Manual de Ciencia Política", Editorial Trotta, 2003.
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